NIVELES
DE ESFUERZO
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Siempre he oído decir que las
cosas buenas de la vida son las que se hacen, o simplemente se dan, sin
esfuerzo. En Derecho eso se intitula Derecho Natural. Yo creo firmemente en ese
axioma. Para el fútbol, lo creo todavía más. Otros afirman sin dudar que solo
tiene mérito aquello que se consigue con esfuerzo; cuanto más, mejor. No estoy
en eso, menos todavía para el fútbol y hoy lo hemos podido comprobar en la
enésima ocasión sin ganar, ya casi perdí la cuenta, de nuestro amado Elche CF.
Se dirá por todos lados que el Elche rescató un punto en un partido que tenía
perdido. Cierto. Porque sinceramente la situación tras la primera parte era
simplemente conocer por cuántos goles se iba a perder.
El cuestionado entrenador del
equipo local fabricó una alineación pienso con lo único que tenía a mano. Eso
le llevó, casi por coincidencia, a juntar a Carrillo y Boyé en ataque, lo cual
presuponía el abandono casi sin querer de mantener futbolistas en tierra de
nadie, que es lo que normalmente hace el centro del campo ilicitano desde hace media
liga. Lo hemos dicho ya muchas veces: los jugadores que actúan en banda (hoy
Rigoni y Josan) no crean, no hacen de enganches, no distribuyen. Solamente
intentan jugadas individuales cuando les llega la pelota, cosa que ocurre pocas
veces. Como que además ni desequilibran ni desbordan, pues el juego de ataque
se convierte en mera especulación a los mínimos. O sea: balón a la olla y a lo
que salga.
Y como el porcentaje de
centros con sentido es muy pobre, pues los ataques ilicitanos son igual de previsibles
como la temperatura de agosto en Almería. En este sentido el amigo Josan Ferrández
hizo unos primeros 45 minutos para recordarle por qué hace apenas unos añitos
no le querían ni para 2ªB. Centros pésimos y el resto perder balones
tontamente, como por ejemplo el primer gol del Villarreal.
Y es que el equipo de la Plana
Baixa se iba al descanso con dos goles de ventaja y sin haber realizado el
mínimo esfuerzo. Un par de pases al hueco y hecho. Les había bastado. Porque el
centro de la defensa franjiverde no defiende; simplemente son espectadores a
dos metros de distancia de lo que hacen los atacantes rivales. No anticipan ni
un maldito movimiento de esos delanteros. Un festín para tipos como Gerard Moreno
y Paco Alcácer.
Y mira por dónde, el querido
Josan se construye un centro al segundo palo en la única jugada en la que gana
la línea de fondo. Y ahí surge un espléndido Guido Carrillo para ganarle el
salto a su marcador. Increible.
Pero eso hace abrir los ojos
al equipo. Un equipo que, hay que decirlo claramente, juega con miedo. Con
miedo al error y miedo a perder la posición en todos sus hombres. Eso es duro.
Y justo el rato que perdieron el miedo consiguen el empate en una falta también
forzada por Josan y ejecutada con precisión por Rigoni, que acabó Lucas Boyé.
Una alegría para todos. Emiliano Rigoni, junto con Ivan Marcone yo pensaba que
serían los futbolistas que nos darían la calidad de primera categoría. Hasta el
momento eso solo se ha visto muy poco. Ojalá a partir de hoy cambien la inercia
y puedan ambos jugar sin ese miedo del que antes hablábamos.
Y es que el equipo de Unai
Emery mostró todas sus carencias en esos primeros veinte minutos de la segunda
parte. Cuando quiso darse cuenta que la relajación de esfuerzo le había hecho
perder su ventaja ya no pudieron jugar sin esfuerzo, paradójicamente. De eso se
apercibió el equipo ilicitano y entonces el nivel de esfuerzo necesario se hizo
mucho menor para los locales de la misma forma que se estaba convirtiendo en
insalvable para el Villarreal. Y es que en el ejercicio físico lo que cuenta
realmente es el rating de esfuerzo percibido, que en teoría se puede ponderar y
controlar. Pero en este fútbol de hoy, lo que cuenta no es solo ese rating,
sino el esfuerzo mental. Y ese se regula por muchos factores. A eso me refiero.
Con todo, el punto conseguido
no soluciona apenas nada. De hecho es un nuevo paso atrás. Pero será necesario
quedarse con las sensaciones de la segunda parte. Lo contrario es el desastre
que ya sabíamos.
JP
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