CAMBIO DE RUMBO

-------------------------------------------------

 

Que el fútbol es un estado de ánimo, aparte la explícita sentencia de Jorge Valdano, es una idea que se ha convertido ya en muy generalizada en este deporte. Y el estado de ánimo, ese ánimo que se transforma en fuerza, del Elche CF ha variado a mucho mejor en las últimas semanas. De hecho, el equipo franjiverde ha empezado la segunda vuelta de la competición como un auténtico tiro. Pero es que, aparte de los resultados, son esas sensaciones de las que hablábamos las que se han acrecentado sustantivamente.

Evidentemente, todo va unido al cambio en los mandos del cuerpo técnico, podríamos aseverar. La llegada de Francisco Rodríguez en el lugar de Fran Escribá ha generado un cambio de paisaje elocuente en los movimientos de los futbolistas ilicitanos en la cancha. Donde antes veíamos miedo en los pases, dudas en la elaboración de las jugadas y, sobre todo, un temblor en las piernas muy pueril en los movimientos defensivos…., ahora vemos básicamente todo lo contrario.



Sería fácil enviar todas las culpas para el antiguo entrenador. Pero no se trata de eso. En estas páginas ya expresamos nuestras dudas cuando se le contrató a mitad del curso pasado. Ocurre que hay entrenadores que se manifiestan   válidos para según cuáles menesteres, pero nada apropiados para según qué otros. Y a Fran Escribá le acabó superando la espiral de resultados y expectativas generadas. Simplemente eso.

Siempre según las informaciones aparecidas en prensa, Francisco no era la primera opción de recambio. Por delante parece que estuvo Pablo Machín, que prefirió los petrodólares árabes. Mala jugada la suya, porque se ha reportado ya  que le van a despedir con solo dos meses en el cargo. Pero sea como fuere, apareció por palmeras el técnico almeriense, con ciertos reparos en cuanto a su curriculum y pocos en cuanto a su carácter. De facto, los conceptos que más se repiten cuando alguien analiza el desarrollo del juego ilicitano son ‘intensidad’ y ‘agresividad’, como si Francisco Rodríguez se hubiera ocupado de hacer al equipo una transfusión directísima en vena de esos dos peculiares rasgos de su personalidad.



Pero no habría sido suficiente con eso. En el fútbol de élite si no se acompaña una mínima dosis de talento individual y rigor táctico colectivo no se llega a ninguna parte. Y para ello hemos comprobado que muchos jugadores han dado un paso al frente para demostrar al mundo que su calidad es más que correcta para transitar por una competición tan exigente como la liga española.

Empezando por la portería. Escribá se equivocó claramente desterrando a Edgar Badía a la suplencia. Mala elección. El barcelonés ha vuelto por donde solía y eso ha generado una mejor solidez en el conjunto de la defensa, donde Diego González se ha consolidado, al igual que ya lo estaba Mojica. Quizá el mejor cambio ha sido en el centro del campo, donde Gerard Gombau ha dado buenos recitales de toque, pase y mando en los últimos partidos. Nada nuevo seguramente para el técnico, que ya lo conocía bien de su etapa en Girona. Gombau probablemente haya alcanzado su auténtica madurez profesional y de eso se beneficia grandemente el equipo.



Al igual que el estado de gracia en la delantera, donde Lucas Boyé se ha convertido en el consensuado  jugador-franquicia y hace los papeles de indiscutible ídolo de la fanaticada local. Añadan a eso la puesta en escena de Pere Milla, Tete Morente y Guido Carrillo, hombres que no sumaban apenas con el anterior entrenador. De todas formas, no hay más que ver la estadística: con Escribá el Elche anotaba 0.78 goles por partido. Con Francisco, se ha pasado a 1.57 goles por partido, lo que viene a ser más del doble. Con eso lo decimos todo.

Pero, para mí, la base es que el equipo juega mucho más rápido, con idea clara de buscar espacios para atacar la meta rival y generando más encuentros entre los futbolistas, lo cual hace que los apoyos cobren sentido y además, algo importante, que los franjiverdes dejen de ser tan fácilmente predecibles como antes.  Así mismo, es bastante destacable que ahora no hay tantas distancias entre las líneas y, por mor de eso mismo, muchos menos agujeros en defensa. De nuevo las cifras resultan insobornables: con Escribá se encajaban 1.43 goles por partido. Con Francisco Rodríguez, 1.28. Se aprecia la mejora.



Dicho esto, y sin menoscabo alguno para este afinamiento absoluto en la orquesta ilicitana, hay que decir algo sobre los cambios de jugadores en este mercado de invierno. Sobre todo, la marcha del delantero/accionista Darío Benedetto. Empieza a ser algo preocupante que jugadores contrastados no acaben de triunfar en el Elche CF. Porque el modelo se encaminaba justo a eso: ser una plaza atractiva para la llegada de buenos futbolistas. Tiempo tendremos para escudriñar pormenorizadamente este aspecto. Tampoco tuvo mejor sentido la marcha de Lucas Pérez al Cádiz. Pero eso sí está tomando cuerpo: las sorpresas de última hora en cada mercado de fichajes.



Junto a todo esto que estamos hablando, se presenta otro factor importantísimo. El idilio identitario que se está produciendo entre equipo y afición. De hecho, ya se están convirtiendo en puros slogans expresiones como ‘fútbol cantueso’ o ‘a lo Elche’; locuciones que se refieren a una semántica de la búsqueda de lo imposible desde condiciones precarias, a la vez de ese sello de entrega absoluta. En estas páginas ya dijimos claramente que este era el momento de encontrar ese nexo identitario que ensanchara la masa social, por ejemplo. Nos congratulamos por tal acontecimiento. Pero no nos confundamos: si solo vamos a predicar la lucha y entrega, seremos un buen equipo….de 2ª división!! Para consolidarse en la élite, a esa lucha sin cuartel habrá que adicionar nítidamente una búsqueda de calidad y buen juego. Eso nos hará ser un buen equipo de 1ª.



Los resultados son el juez sin piedad del deporte. Si mañana frente al Alavés no se consigue ganar, todo esto quedará algo embarrado. Pero, sea como sea, pase lo que pase, este Elche CF parece muy lejos de rendirse. Y ahora con más argumentos, lo normal es que esos resultados lleguen sin más complicación.

J.Pastor

 

Comentarios

Entradas populares de este blog