LA
PRUEBA DEL NUEVE
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El Elche necesitaba un partido
así. Un partido como el que se ha desarrollado esta tarde en la Tacita de
Plata. O, por mejor decir, lo ocurrido en la segunda mitad. Necesitaba
demostrarse, como en esa hipotética prueba, que es capaz de ganar partidos, que
es capaz de jugar al ataque sin descuidar su defensa, que es capaz de
sobrevivir a desafíos límite y de poner la fe necesaria en sus propias
posibilidades. Fe, siempre necesaria.
Y eso que las cosas no
empezaron demasiado bien. Cuesta explicar el poco idilio que puede tener el
equipo de la franja con lo que pasa en las áreas. La pausa del descanso era
absolutamente preocupante. Pero, cuando peor se dibujaba el paisaje, salió un
equipo efectivo y que percutía bien por las bandas. Habría que escarbar en los
archivos para recuperar un partido en el que el Elche anotara tres goles en 45
minutos (en realidad, cuatro, pero el primero de Milla no subió por escasos
milímetros). Y ahora, la realidad manda, nos debemos olvidar de lo cuestionable
de alineación y planteamiento de Escribá, que se fue a defensa de tres para
poder dinamizar el juego de ataque ilicitano. No es día para valorar ese tipo
de cosas.
Claro, forzosamente nos
tenemos que preguntar por qué no se tuvo esta actitud (y este planteamiento) en
otros días, sobre todo martes pasado contra Alavés. No se puede explicar. El
ser humano parece que precisa sentirse exigido al máximo para poder abarcar
mejores prestaciones, igual que cuando todos estudiábamos los exámenes la
víspera.
Y qué ahora?? Pues todo tan
claro como que dependemos del Valencia CF y que los de Voro González no pierdan
en Huesca. El resto de posibilidades son ciencia-ficción. Si els valencians pueden salir airosos del
Alcoraz, una victoria contra el Athletic de Bilbao nos daría la permanencia.
Quién lo iba a decir.
Y, al igual que esta tarde,
habrá que echar mano de la fe. Y las ganas. Los remates hoy de los tres goles
ilicitanos han sido remates de rabia, de pundonor. Pero es que sin esas armas
es imposible caminar por la 1ª División. Eso quizá se ha entendido algo tarde.
Toca confiar.
RV
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