ENCEFALOGRAMA
PLANO
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Pero es que hay algo que este
Elche de Escribá no tiene claro. Parece que el mérito sea llegar vivos hasta el
final. O sea, tienes el corazón destrozado, pero tú tranquilo que cuando el
monitor de pulsaciones llegue a ser plano, vendrán las enfermeras con las
planchas y te revivirán sin problemas. O sea, que el plan es conservar la
respiración. De hacer futbol, nada. De generar ataques, menos. Y si la excusa
es que el rival es superior, pues todo en orden.
Pero sin futbol. Y hay que
apresurarse a decir algo rápidamente: valorar una derrota como algo positivo
estando en posiciones de descenso es una mentira muy fea y una tomadura de pelo
a los aficionados. Claro que el partido era difícil y que el rival era fuerte.
Pero no más difícil que cualquiera de los que quedan, que ya son solo cuatro.
No lo puedo remediar, amigos, me sabe muy mal que se pongan excusas para
explicar una derrota.
Con nulo juego de ataque, con
las eternas dudas en defensa, otro gol de un tipo solo en el centro del área,
los pecados habituales de este equipo que cuesta diferenciar de la época de
Almiròn o la de Escribá. Con Pere Milla continuando con sus pérdidas de balón
habituales y con Raul Guti y Marcone, por mucho que mejoren anteriores
prestaciones, distantes sideralmente. Menos mal que hoy la entrada de Nino y
Víctor sí fue algo positiva. Pero claro, no lo suficiente como para conseguir meter
miedo al Atlético de Madrid. Un líder que señala cómo de mal está el fútbol en
España. Un equipo que solo es calidad individual más presión. Demasiado rancio
como para aspirar al título pero imaginen como está el resto de candidatos.
El penalti? Pues viendo el
rostro de Fidel Chaves antes de lanzar, la carrera que da y la paradinha lenta…..
pues…. En fin, tampoco hay que darle muchas vueltas. El asunto radica en que el
plan de esperar y hacer acopio de nada para luego hacer nada obligatoriamente
ofrece un resultado de nada. No cuestiono la voluntad de Fran Escribá. Sí
cuestiono su plan. Este plan no nos llega para evitar el descenso. Ni siquiera
nos acerca a llevar la iniciativa. Y de poco consuela el asunto de que se pudo
puntuar. Yo preferiría tener más ocasiones para tener la posibilidad de fallar
algunas, que es lo lógico. Si te lo juegas todo a un número, la ruleta tiene otras 36 casillas; la teoría
de la probabilidad condena a los franjiverdes con esta estrategia.
En definitiva, aquí se sigue
confiando en ganar los tres últimos partidos y que eso será suficiente. Unas
cábalas muy optimistas que hay que confesar que todos tenemos en nuestro ánimo.
Pero, después de lo del día del Valladolid, hoy es otra jugada que todos
tememos recordar dentro de un mes.
RV
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