CUANDO LA ILUSION TAMBIEN JUEGA

----------------------------------------------------------------------

 Verona, hace un par de agostos. El día había sido severamente lluvioso y encapotado. Las esquinas estaban pobladas de ceilaneses vendiendo a veloz ritmo paraguas por 5 euros. A última hora de la tarde, todavía con lluvia, pero más serena, nos dirigimos a la Piazza dell’Arena, con la impactante Arena di Verona, obviamente, en medio. Envueltos en vistosos impermeables rojos o amarillos nos encontramos con una larguísima cola de gente esperando para entrar al recinto donde, creo recordar, se representaba la ópera Carmen, de Georges Bizet. Me sorprendió la gran cantidad de gente joven, casi adolescente, que llenaba esas colas. Me acerqué a un grupo de muchachos y les pregunté cómo se atrevían a entrar a ver el espectáculo con esa lluvia. Nunca olvidaré su respuesta: ‘Nessuna tempesta ci impedirà di goderci l’opera’. (‘Ninguna tormenta nos impedirá disfrutar de la ópera’).



Pues justo eso nos vale para el encuentro del sábado contra el Athletic Club, final de temporada: ningún descenso nos impedirá a la nación franjiverde disfrutar de nuestro equipo, disfrutar del fútbol. Y para este final de photo-finish, al menos nuestro Elche CF ha llegado con los trancos justos para intentar meter la nariz en la misma cinta de llegada. Será un lanzamiento de moneda al aire entre la SD Huesca y nuestro equipo (cualquier otra combinación es pura ciencia-ficción), con todo el condimento de la presencia de José Rojo en el banquillo altoaragonés. Para el burgalés se cierra un círculo que él mismo comenzó y tengo la impresión que, pase lo que pase, una parte de su corazón emite sangre verde y blanca. El acontecer de sucesos repetitivos en deporte dimana jugarretas de incomprensible tenor en muchas ocasiones. Esta es una.



Y este fin de sesión obligatoriamente nos lleva a recordar aquel de 1976, en el que estábamos ante un panorama bastante similar al actual y el último partido, también ante el conjunto de Bilbao, nos hizo conquistar una permanencia heroica. Yo era muy jovencito, pero lo recuerdo perfectamente, pues era el último año de Altabix. Marcel Domingo era el técnico ilicitano en aquel envite. Al acabar el entrenamiento de ese jueves, el francés, que era un tipo muy astuto, se mezcló entre los aficionados que estábamos en la grada y alguien le dijo ‘Messié, hay que ganar, porque no nos gustaría estrenar el nuevo campo en 2ª’ ‘No os preocupéis’, contestó socarrón Marcel. Ese espíritu de confianza máxima es el que hay que recuperar para este apocalíptico sábado.

Confianza e ilusión. Todos sabemos que la vida no tiene sentido si no se generan ilusiones. Y la de la entera ciudad de Elche para este sábado es enorme. Porque somos una fanaticada muy acostumbrada al sufrimiento y al escaso éxito podemos afirmar sin complejos que la falta de noticias felices siempre la hemos suplido con una irreductible ilusión. Y eso mismo desprende una energía que espero que los futbolistas y los miembros del cuerpo técnico sepan percibir y, sobre todo, comprender.



Uno que estoy seguro que comprende es Fran Escribá, al que le toca vestirse de Marcel Domingo este sábado. Escribá es una persona que siente el timbre del Aromas ilicitanos en todas sus notas, en toda su fuerza. Y, por ello mismo, hay que transmitirle que la responsabilidad es alta, pero el valor de la recompensa es mayor aún. Y, seamos justos, es preciso quitar presión. Nadie ni nada, tal como decíamos al principio, nos impedirá disfrutar de nuestro escudo, ese escudo que besó con tanta emoción Fidel Chaves el sábado pasado en Cádiz. Se consiga el objetivo o no. Es muy importante que se sepa que no habrá ningún reproche para nadie. Y bien se sabe que desde estas páginas se es muy crítico con el equipo, empezando por el propio entrenador. Pero las críticas empiezan y acaban mientras rueda el balón.

Y, hablando de Fidel, no podemos obviar que esta es la hora de los veteranos, incluso más que la del entrenador. Esta es una tarde de sábado de futbolistas y son ellos los que deben hacerse oír. Empezando por Nino, que estoy seguro será la voz cantante en el vestuario. Las consignas deben emanar de la de total entrega. Ya no hay punto de reserva. Ya no hay momento de pausa. Este es el instante definitivo y es el partido que decide muchos futuros.



Porque si se juega con la determinación con la que se hizo la segunda parte del Carranza, las únicas pausas que veremos serán las de celebrar goles. Y, no hace falta decirlo, es un partido para valientes. Para saber jugar al ataque sin tregua alguna. Desde el primer minuto. Esa valentía se escudará precisamente en el ansia, la voluntad, de ganar. Ya sabemos: ganar y esperar.

En un partido en que no solo jugarán los miembros de la actual plantilla. Sino también, como se ha dicho alguna vez, jugarán los espíritus de Romero, Iborra, Vavá, Marcial, Asensi, Lico, Trobbiani, Voglino, Rubén Cano....todos aquellos que hicieron  a este equipo grande. Jugarán, por tantas cosas, 98 años de Historia.



Y el Valencia?? Voro González es un hombre aparentemente inteligente y sabe que para cualquier cosa, no será lo mismo ganar 3 de 4 que sólo 2 de esos 4. Realmente no les estamos pidiendo ningún favor. Tan solo que vayan a Huesca con hambre de triunfo, que es simplemente su pura obligación. En esto no puedo dejar de pensar en aquel penalti que José Luis González le paró a Djukic en el desenlace de la liga del 94. La obligación es jugar a ganar. Siempre. No tengo duda de los valencianos.

Así entonces, es justo reafirmar que los 5.000 aficionados que estén de nuevo en las gradas del Martínez Valero, más de un año después, tendrán el valor de 20 veces más. Porque detrás de esos que pueblen las butacas del estadio está la ilusión de toda la ciudad, quizá más. Y esa ilusión es muy posible que también anote algún gol. Esperemos que sea el que nos de la permanencia. Pero si no es así…. Que nada nos impida disfrutar de nuestro equipo



 

José Pastor

Comentarios

Entradas populares de este blog