IMAGEN ESPERANZADORA

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 Como estaba previsto, el Elche CF se fue de vacío, una vez más, del feudo del Real Madrid, hoy en el Estadio Alfredo Di Stefano en Valdebebas. Pero, pese a la derrota lógica y esperada, hoy podemos afirmar que la imagen dada por el equipo ha sido más que aceptable ante un rival casi inaccesible a nivel de instituciones. Lo malo de esta vez es que el futbol fue cruel con el Elche pues el gol de la derrota llegó en el tiempo del descuento.



Es lo que tiene jugar frente al Real Madrid, un equipo tocado por la varita mágica de siempre golpear en los últimos momentos. Aúnan calidad y además fortuna (cuando no alguna cosa más irregular). Forzosamente me ha hecho recordar el partido disputado en enero del 89, mi primera visita al Santiago Bernabeu, cuando un doblete de Hugo Sánchez en los últimos minutos nos hizo hincar la rodilla, con un arbitraje infame de Andújar Oliver. Un partido calcado al de este sábado.

Pero hay algo que enturbia sobremanera lo ocurrido esta tarde. Y es la pésima gestión de Fran Escribá en los cambios de última hora. Cuando el Elche más necesitaba tocar y dejar pasar los minutos, se le ocurre hacer un cambio de miedo y racanería, introduciendo a dos centrales que trastocan el esquema de un equipo que más o menos estaba aguantando el lógico empujón de los locales. Lo siento, pero he de censurar esta acción del entrenador que le ha reportado un muy mal resultado al conjunto.



Esto lo ha de comprender Escribá: defenderse con la pelota es lo mejor que puede ocurrir a un equipo. Y no se puede ceder todo el toque de balón al adversario. El desprecio al centro del campo es un pecado letal. Y el argumento en contra de que la practicidad está en juego directo y menos toque es completamente falso. Incluso para pretender mantener un resultado. Es un pecado que Escribá no tiene en cuenta. Para mí es muy claro. Jugar y combinar, o al menos intentarlo, es siempre mejor. Son ideas confrontadas y lo malo es que el desenlace ha sido claro.

Fallos defensivos. Nos están persiguiendo toda la temporada. El primer gol viene de un corner muy mal defendido desde el inicio. El Madrid estaba sacando en corto desde la entrada de Luca Modric. Raul Guti y Tete Morente lo defendieron con la mirada en ese centro donde además Lucas Boyé ni vio la pelota llegar a su altura, donde detrás estaba Benzema. Mucho peor el segundo gol que nace de una pérdida tonta de Johan Mojica, que hoy ha estado desconocido. Es urgente determinar la forma de defender y proponerse dejar a cero la portería de una vez. Son una pesadilla esos errores en cadena que continuamente cuestan goles y puntos.



Y no nos debemos confundir, esto ha sido una derrota más. Por muy esperada que haya sido. Y por mucho mérito que haya tenido el partido que ha realizado en conjunto nuestro equipo. Quizá la decepción es mayor por la forma en que se ha producido. En un partido bastante plano por parte de todos.

Y es la historia de un futbol que se vuelve perpetuamente en castigo para esfuerzos en balde. La competición de élite exige una conceptuación de voluntades que no concede espacio para pensar en pequeño, para tener mentalidad de equipo humilde. Si se pretende disputar cada punto en juego, se tendrá que mentalizar en que se puede, y sobre todo se debe, ganar siempre. Lo contrario conduce inexorablemente a la derrota. Y, por cierto, es vergonzoso como la prensa de Madrid destaca un posible penalty a favor de los locales totalmente inventado y no se dice nada por otro sobre Carrillo que para mí sí lo fue. Estamos acostumbrados a estas cosas.



En definitiva, sensaciones positivas, aunque contradictorias. Un enfado horrible por la forma en que se han escapado los puntos. Fran Escribá tiene un fuerte componente de culpa hoy en el desenlace final. Mala suerte. Pero ya lo sabemos: hay que ayudar a la suerte.


JP

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