ENCALLADOS

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La travesía del Elche por la 1ª División del fútbol español no avanza a la velocidad deseable. Al inicio de temporada viento en popa a toda vela le ha sucedido un atasco absoluto como si esta nave estuviera varada en un atolón de hielo, nunca mejor dicho. Se ha extraviado el rumbo y lo peor es que no existe capitán, ni contramaestre ni siquiera grumetes. El Elche tiene tantos agujeros que se hace complicado que continúe a flote, incluso cuando se juega bastante mejor que otros días, como ha sucedido hoy en el estadio José Zorrilla.

Aquí se tiene un problema de inicio que se ha de resolver sin pérdida de tiempo: los futbolistas del Elche CF no saben qué demonios hacer con el balón. Literalmente. Y, bajo ese principio, entonces se hace todo muy complicado. Fingir una salida de balón jugado para, al poco, tener que rifarlo de cualquier manera es solo eso, fingir sin más. Sin centro de campo fuerte no existe conexión ninguna entre líneas. En definitiva, el esqueleto táctico de los de la franja verde no se sostiene. Incluso jugando mucho mejor. Pero en esta categoría desaprovechar una ventaja de dos goles se suele penalizar duramente.



De salida, veíamos la novedad de Jony Alamo en la medular como sustituto de Marcone y la vuelta de la pareja de ataque ‘guerrillera’ con Pere Milla y Lucas Boyé. Pero ocurre que la dupla Guti-Alamo era inferior a la formada por Plano y Mesa por los pucelanos en cuanto a potenciales generadores de juego. Por qué? Pues porque además de la calidad individual, hay un detalle importantísimo que hace embarrancar el juego ilicitano: los nuestros reciben de espaldas a la portería rival siempre, con lo cual su única opción es el pase atrás, nunca darse la vuelta y distribuir juego. Gonzalo Verdú es el único que se atreve a distribuir, pero desde muy atrás, aunque hoy valió un segundo gol precioso.




La verdad es que durante mucho rato de partido el Elche me convencía. Pero aquí tenemos todos un error, principalmente Almirón. Pretender ganar partidos con una ecuación de dos sumandos demoledores como efectividad en ataque + dosis de fortuna atrás… es un acertijo demasiado optimista, que se empotra frente a la realidad. La vuelta a defensa de cinco resultó finalmente ineficaz, lamentablemente. El admirable Josan Ferrandez del doblete con los dos pies de hoy, cuando se tiene que transformar en defensa resulta un coladero bastante visible. Se le hace flaco favor al crevillenter condenándole a frenar ataques de los rivales. Almirón debería convencerse de que no tenemos jugadores para una defensa de tres centrales y dos carrileros, por mucho que esos carrileros puedan tener una buena secuencia de partido. Y el caso es que la llegada de Johan Mogica era una buena noticia por banda izquierda, donde además aparecía un principio de buena conexión con Emi Rigoni.



Y ambición. Como la de Lucas Boyé en el primer gol persiguiendo una pelota que se perdía. Un equipo con ambición gana muchos enteros siempre. Principalmente porque el contrario lo nota, pues se siente amenazado.

Pero la ambición se perdió en el último tramo de partido. Esto se debería tomar como motivo de reflexión por parte de todos. No se puede regalar ni balón, ni terreno, ni control del juego. Claro que los rivales empujan y empujan. Pero si tú controlas y tocas … acaban persiguiendo sombras y lo que es más fundamental, no pueden atacarte porque ni tienen balón ni tienen espacio. Por supuesto que esto es obvio y es el quid de la cuestión en el futbol moderno. Pero esa actitud ambiciosa es lo que debería habernos hoy mantenido suficientemente lejos en el marcador. Echar el equipo atrás no es nunca una buena idea. Y cuando no se puede atacar y mandas en el marcador, por lo menos no dejes que te avasallen. Porque hoy los rivales estaban igual que diezmados que nosotros e igual de agobiados.




Mala fortuna al final, otra vez a balón parado, una suerte que parecen no dominar en absoluto los hoy azulrojos. Se malogró un resultado que era tremendamente esencial para solucionar muchas cosas, sobre todo de clasificación. No podemos hoy ni direccionar culpas individuales ni tampoco siquiera falta de ritmo. Pero es que es necesario volver a los conceptos: insisto, nunca defenderse con el cuchillo entre los dientes ha dado buenos dividendos. Porque hoy el empate es muy insuficiente. Hoy había que ganar ‘por lo civil o por lo criminal’ como se decía antiguamente.

En definitiva, buenísimos primeros 60 minutos y frustrante última media hora. El Elche CF mejora sensaciones pero sigue sin ganar, aunque hoy estuvo cerca. Termina la primera vuelta en puestos de descenso y con muchas partidas que cuadrar en su balance. Y ya es muy urgente desencallar y enderezar el rumbo, pese a las muchas adversidades y océanos complicados que se avecinan. 


JP

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