EL
ESTILO BUMBEL
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Por su parte, el Elche CF
prácticamente llegaba salvado de todo, descenso y promoción, con lo que ese
punto le serviría para afianzarse en zona media de la tabla.
Y eso que la temporada no había
empezado nada bien. El Elche había contratado el año anterior al técnico que se
enfrentó a ellos en la promoción con el Atlético de Ceuta, el vasco Juan Ramón
Santiago, que salvó con holgura esa temporada quedando en un buen 8º lugar.
Pero el inicio de la 62/63 fue algo flojo. Así entonces al final de la jornada
10, el Elche ocupaba puestos de promoción, con solo dos victorias. Manuel
Martínez Valero, en su primera campaña como presidente del club, decidió
despedir a Juan Ramón después de caer en Oviedo por 6-1 y traer al mando del
equipo al brasileño Pedro Otto Bumbel.
Bumbel (que por cierto fue
amigo íntimo de mi padre) sería un personaje clave en la Historia del club
ilicitano. Esa llegada en diciembre del 62 fue el inicio de la primera etapa de
las tres que tuvo al frente de los franjiverdes. Aún hoy conserva el primer
lugar en encuentros dirigidos al Elche CF en 1ª División, con 104. Pero más
allá de esa elocuente cifra podemos decir que la aparición de Bumbel supuso la
implementación del fútbol moderno en Palmeras.
Hasta entonces el Elche era un
equipo que funcionaba bastante bien de medio campo hacia arriba, pero no así en la
parte de atrás. Otto Bumbel instauró el rigor (y también la dureza, de alguna
forma) defensivo y mantuvo la alegría ofensiva en aquella época de la famosa
delantera del CLERO (Cardona, Lezcano, Eulogio Martínez, Romero y Oviedo).
Bumbel poseía un buen curriculum de éxitos en
Brasil y Costa Rica. Había sido campeón en Portugal con el Oporto y en España
había entrenado al Valencia y al Santander, no con tanto éxito. Pero su
practicidad extrema al lado de sus grandes conocimientos tácticos fueron de
mucha utilidad siempre para el Elche.
Que llegaba a aquel partido de
Madrid en plena forma. Venía de aplastar al Sevilla con un impactante 8-1, que
a fecha de hoy sigue siendo récord en goleadas del Elche en máxima categoría.
Manolo Pazos se había convertido en un titán bajo palos y Romero y el hondureño
Cardona constituían un espectáculo de calidad por su forma de juego. Pero la
figura ilicitana de aquel partido fue el uruguayo Héctor Ramos.
Héctor Omar Ramos poseía un
palmarés fantástico, campeón con Nacional en Uruguay, vencedor con su selección
del Sudamericano del 56 y ganador con el Real Madrid de la Copa de Europa de
1959. Medio defensivo de buena rapidez y gran trote, era lo que hoy llamaríamos
un box-to-box man, y a fe que lo
demostró aquella noche en Madrid. Ramos había llegado al Elche de la mano de
Otto Bumbel ese mismo año desde Santander.
El partido en sí fue injusto
en el marcador, puesto que los nuestros tuvieron a los colchoneros a merced la
mayor parte del juego. Se adelantarían los locales pronto, con un gol del
extremo guineano Jones, y a partir de ahí monólogo ofensivo ilicitano. Enrique
Cardona anotaría el empate mediada la segunda parte remachando en raya de gol
una excepcional jugada de Eulogio Martínez.
El Elche desbordaba a su rival por todos lados y exhibió un fútbol de gran altura. Solo la fenomenal actuación del meta suplente de los atléticos, Miguel San Román, evitó que el triunfo viajara para tierras ilicitanas. Pero los franjiverdes se demostraron a sí mismos que eran capaces de tutear a los grandes también lejos de Altabix.
Bumbel acabaría ese curso 8º en la tabla clasificatoria con
el Elche. En unos años que serían de auténtica élite y que son recordados por
su buen fútbol.
RV
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