REALIDADES PARALELAS

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 El mundo del fútbol sigue ofreciendo ciclos en bucle cada día. Es por eso por lo que reúne tantas miradas alrededor. Partiendo de las ya habituales disciplinas de achique del posicionamiento rival, de salida el Elche se confió todo al juego a la contra, que esta vez no salió del todo bien porque se tuvo que atacar. Entre otras cosas porque el Levante, muy justito, tampoco acaparó tanto dominio como para poder cogerles desprevenidos. Y ahí es donde estamos ante realidades paralelas: para Almirón parece resultar cómodo defender y buscar suerte, pero atacar y crear es donde salen todas las ausencias y desnudeces.

Hoy salió a medias. Y para algunos les parecerá positivo, pero recordemos que son ya tres partidos sin ganar y dos de nueve puntos en los últimos tres. Y ante un Levante flojo, yo creo que éste era un partido para ganar. Con solo apretar un ratito se sacó un gol. Y esa es la gran realidad a la que aparecen las divergencias en el Elche CF. Qué ocurre si se piensa en generar fútbol, en crear? Una de las dos opciones: crear, combinar, generar por un lado. O, al contrario, no crear, no combinar, no generar. Esa bifurcación es la que el Elche (o su técnico) no parecen ver o no quieren pararse a considerar.


Y es que, prioricemos: es Lucas Boyé/Pere Milla la pareja de ataque que queríamos para 1ª División? Quizá no pasaría nada si estos dos jugadores, o cualesquiera otros, no estuvieran tan desconectados del centro del campo como parecen la mayoría del tiempo. Tampoco sería tan desesperante si la presión fuera mejor sincronizada, es decir, acompañada por más elementos. El Levante presionaba con tres jugadores la salida de balón del Elche. Y ya ponía problemas con eso. La presión defensiva sigue estando por construir en este equipo. Y, digámoslo claro, lo peor de este Elche es su salida de balón. Entre que los defensas y gente del mediocampo tardan tres toques en centrarse con la pelota y que los pases entre ellos son lentos y mal dirigidos…es un drama.



 El Levante con Malsa y Campaña (por cierto, más pendenciero que buen jugador hoy) haciendo un partido discreto, se estaban comiendo a Guti y Marcone. Por qué? Pues porque la presencia de nuestros exteriores en la sala de máquinas es escasa. No hay rombo, no hay enganches. Los extremos (Josan, Morente) son elementos pegados a la raya de cal que esperan a que les llegue el balón para intentar progresar y romper alguna línea enemiga. Lo cual es tremendamente complicado, porque, en adición, hay muy pocos espacios en ataque. Tampoco se generan. Entonces el resultado es que siempre estamos en inferioridad de jugadores en el centro del campo.



 El abandono de la pérfida táctica de tres centrales me da la impresión que se debió a comprobar la imposibilidad de colocar a alguien que hiciera el rol de Fidel más que por otro tipo de convicción. Fíjense que situar a Marcone entre los centrales para sacar el balón no es mala idea, pero la aplicación es algo confusa. Anoche River Plate hizo la misma táctica frente a Banfield. Nada nuevo bajo el sol: hacer jugar a un ‘líbero’ por delante de la defensa ya lo inventó Beckenbauer en los 70. Pero sigo viendo a Iván Marcone y Raúl Guti con sobreesfuerzo, pese a cumplir hoy a buen nivel. Y es que la determinación de un buen rendimiento defensivo se ve empañada porque hay demasiada distancia entre los defensas, lo que hace más vulnerable al equipo pues no se tapan líneas de pase para el rival. Si a eso añadimos que la mayoría de situaciones de peligro vienen por pérdidas en la salida de balón…eso sí es del todo desesperante.



Jorge Almirón ve positivo este punto y además añade que el equipo ha crecido hoy, que sigue estando en construcción. No deja de ser cierto lo que dice, pero la realidad paralela (bajo otros prismas) es que hoy no se ha jugado demasiado fluido, que el rival era muy asequible y que apretando un poco más se podría haber ganado. Empieza a ser urgente que se vuelva a sumar de tres puntos.

Dos problemas importantes en definitiva: uno, desconexión entre líneas; dos, alergia a asumir protagonismo en cada partido.

 

La realidad paralela dice que tenemos 12 puntos y que solo se han perdido 2 partidos de 8. Véanlo como gusten. Mi prisma es que no se debe vivir de mínimos, porque asumir riesgos es consustancial a esto del fútbol.


JP

 

 

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