CAMINOS CORTADOS

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Con un aceptable primer periodo y una resistencia persistente en la continuación, al Elche Cf solo le dio para sumar un punto en un partido que, por lo que estaba en el campo antes de la expulsión, prometía unos caminos abiertos y de pelota más fluida que en otros encuentros.

Pero esos caminos de regadío se tornaron rápidamente en profundo secano por el motivo de la expulsión de Lucas Boyé. Protagonismo negativo para el colegiado Del Cerro Grande, al que ya recordábamos de algún arbitraje puntilloso contra el Elche CF en la anterior etapa en la máxima categoría. Por momentos nos ha recordado al célebre Muñiz Fernández cuando se inventó un penalti;  su colega del VAR no permitió que cometiera semejante aberración. Pero sus ganas de canallada continuaron con la repugnante ocurrencia de expulsar a Lucas Boyé. Deleznables absolutamente las decisiones del referee, que se cargaron el partido en perjuicio del Elche.

Demasiadas ganas se le vieron a Del Cerro de maltratar a los ilicitanos. Persiguió todo el partido al conjunto local con continuas tarjetas.

Dicho esto, sería demasiado fácil afirmar que, dadas las circunstancias, este punto es bueno. Hubiera sido suficiente si se viniera de victorias, pero es que ahora hacemos 3 puntos de 12. Tan cierto era que se había conseguido el 50% de los puntos en juego hasta hoy como señalar que solo se ha conseguido el 25% en el último mes. Y esa tendencia que es la estadística más reciente y, por ende, más importante, es tendencia de descenso. Convendría poner el punto de atención en esos números por evitar conformismos en los finales de partido.

 

Almirón propuso un nuevo circuito de tráfico en su columna vertebral. Mantuvo la idea de salir con Marcone desde atrás, pero introdujo a Luismi como medio centro buscando una mejor calidad de tránsito. El tercer faro en esa verticalidad debería ser Morente. Pero la movilidad entre éste y Pere Milla hacía todavía más interesante el diseño de juego. Cierto es que costó algún susto en esa salida de balón, asignatura muy pendiente todavía en este equipo. Pero cuando mediada la primera parte empezó a salir esa primera etapa de combinaciones, ya se observó una mejora que desembocaría en el gol.

O sea, teníamos una nueva verticalidad, incluso con rémoras en los errores de pase y el vicio endémico de la lentitud.

 Pero todo eso quedó abortado por la inexplicable jugada de la expulsión de Lucas Boyé. Dado esto, cuesta buscar un análisis explicable porque, además, la salida del juego de Luismi y que la dupla volvía a ser Marcone-Guti.....todo ese ensayo, que podría haber abierto muchas posibilidades quedaba cortado por la estúpida actuación de Del Cerro. Una reflexión y no solo es por este partido: alguien debería hablar con Lucas Boyé para que evite de raíz su sobreactuación, que perjudica seriamente al conjunto, como ha pasado hoy. Boyé y quizá alguno más. No se lo pueden poner tan en bandeja a cualquier árbitro predispuesto a perjudicarnos.

La defensa parece mejorar, pero las carencias de Diego González se han visto cruelmente retratadas en el gol del empate. Para mí se equivocan los que ensalzan a Josema como lateral. En la segunda parte concedió muchos espacios a los atacantes, por su natural tendencia a cerrarse.  Esos pequeños desequilibrios son completamente peligrosos.

Otra nota negativa es la crisis que atraviesa Josan, por las razones que sean, que deberían desaparecer de inmediato. Y también es patente la imperiosa necesidad que tiene este equipo de Fidel.  Es casi el único camino franco que sirve para el ataque. Y es que hoy el Elche solo jugó bien 15 minutos. Se requiere mucho más.

No conviene repetir que sumar es importante. La tendencia se ha convertido en peligrosa. Actualizar conceptos y renovar ambiciones es el tema que debería abordar el cuerpo técnico con urgencia. Ese conformismo de dar por bueno un empate cuando faltan 20/25 minutos para el final del partido es algo muy pobre que puede causar heridas importantes.

RV